El lunes 27 de noviembre tuve la oportunidad de compartir como formador en el primer encuentro presencial formativo-fraterno para sacerdotes de lengua española en Alemania.
En nuestro encuentro de formación comencé con una pregunta que muchas veces se oye entre nosotros: ¿Es posible mantener la salud, trabajando y entregándose en la pastoral parroquial? Se trata de una salud espiritual pero también de una higiene psicológica a lo largo de la semana.
Las nuevas estructuras que se están desarrollando en las diócesis en Alemania, pretenden formar parroquias que se podrían llamar “XXL”. Con ello el párroco principal se convierte, muchas veces, en un mánager, faltándole a veces tiempo para la pastoral y la dedicación a las almas, tarea y vocación hermosa del sacerdocio o pastor de almas para la que ha sido elegido por Jesucristo. También, a veces, sufre la vida comunitaria e incluso falta tiempo para dedicarse a los hermanos sacerdotes y a los empleados.
Vivir nuestra vocación sacerdotal, tendrá en sí una fuerza que sana, que devuelve fuerzas y salud. Es un sacramento que produce lo que significa.
Una pregunta clave en nuestro quehacer me parece la siguiente: ¿Cuál es la voluntad divina para mi misión? Si Cristo me ha elegido, y no yo a Él, ¿cómo no sabrá dónde me puede enviar para aprovechar al máximo mis talentos y mi formación humana y espiritual? Esto siempre será un proceso dinámico donde, los sacerdotes, tendremos la posibilidad y la necesidad de entregarnos y someternos, más y más a esta voluntad divina para con los feligreses y almas y, no por último, dedicarnos a nuestra salud espiritual.
Hay que evitar la pereza, madre de los vicios, como también el correr y caer en el activismo donde falta la oración y el descanso en la amorosa y tierna relación con las personas divinas. Es Cristo quien nos invita a acudir a Él y quien nos quiere aliviar (cf. Mt 11,28). En nuestra vida diaria, sin embargo, habrá que tener cuidado y discernir, y muchas veces, también aprender a decir que no, también a los propios gustos y preferencias. San Pablo nos recuerda: Todo os está permitido; pero no todo sirve. Nada os domine a vosotros (1 Cor 6,12).
Cristo nos pide en el sermón de la montaña: Sed santos, como mi Padre Celestial es santo (Mt 5,48). No es fácil llegar con este mensaje a la muchedumbre. Son quizás pocos los que lo perciben y seguirán, pero a ellos estamos enviados las almas de buena voluntad. Una posibilidad probada para llegar a las almas es la amistad, la amistad de la caridad. A entenderlo y practicarlo me ha ayudado siempre una frase de Fernando Rielo, fundador de la Institución de las misioneras y misioneros Identes: “La amistad es una cadena de imposibles, que sólo la perfecta unión de dos amigos puede transformar en una realidad maravillosa”. Es evidente que la alegría y entusiasmo vividos, sobre todo en momentos de purificaciones, nos ayuda a llegar a las almas. Y es Cristo quien pide al Padre, que vivamos todos con la máxima alegría y gozo interiores (cf. Juan 17,13).
Me uno, con ello, a las palabras del Papa Francisco, que dirige toda una carta al pueblo alemán, en la cual recuerda sus palabras dirigidas a los pastores de Alemania ya en el año 2015: … una de las primeras y grandes tentaciones a nivel eclesial es creer que las soluciones a los problemas presentes y futuros vendrán exclusivamente de reformas puramente estructurales, orgánicas o burocráticas pero que, al final del día, no tocarán en nada los núcleos vitales que reclaman atención (Carta del Papa Francisco al pueblo alemán, 29.06.2019, 5). Fernando Rielo, sobre algunos responsables de la pastoral, lo decía así: Hacen sólo cosas, pero no convierten almas.
Queridos hermanos, me gustaría invitar a todos, y no sólo a los sacerdotes y pastores, a meditar sobre su misión apostólica; una misión dada por Cristo, que es también convertir, enseñar y santificar. Por ello me gustaría invitar y animar a orar, oración continua, vivir con alegría las dificultades de la vida diaria, cualquier penitencia, buscando la voluntad divina ante el Santísimo, pidiendo consejo, salud, alegría y entusiasmo místicos en toda misión y lugar.
P. Theodor Wenzel M.Id.
Párroco principal parroquia Sta. María Magdalena en
Oderland-Spree (Este de Brandemburgo)