Aunque es la misma que en 1960, la República Federal de Alemania a la que han llegado los nuevos inmigrantes hispanohablantes en los últimos años es considerablemente más grande en extensión y población que aquella a la que llegaron los primeros inmigrantes en los años sesenta y setenta del siglo pasado.
La República Federal, que en aquel tiempo, tenía 11 Länder (Estados federados), 249.000 km2 y 62 millones de habitantes, cuenta ahora con 16 Länder, 357.386 km2 y más de 80 millones de habitantes. Su capital federal no se encuentra en las orillas del Rin, cerca de Bélgica, Holanda y Luxemburgo sino en el cuarto nororiental del país, a 60 km de Polonia y no se llama ya Bonn, sino Berlín. La llamada reunificación de Alemania el día 3 de octubre de 1990 ha sido la causa de estas transfomaciones tan importantes.
Desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945 coexistían dos Estados en el territorio de la actual Alemania: la República Federal de Alemania (R.F.A.), en la parte occidental y la República Democrática Alemana (R.D.A.), en la oriental. La R.F.A. era miembro de la OTAN desde 1955 y miembro fundador de la Comunidad Económica Europea en 1957. La R.D.A., por su parte, pertenecía al Pacto de Varsovia y estaba bajo la influencia del régimen comunista de la Unión Soviética. Entre ambos Estados discurría el denominado telón de acero y la ciudad de Berlín estaba dividida por el Muro, construído en 1961 por el SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands), el partido comunista dominante en la R.D.A., para impedir la huída de su población hacia la parte occidental.
A finales de los 80 del pasado siglo la Unión Soviética y los demás países de su área de influencia, entre ellos la R.D.A., sufren un irreversible desplome económico y una insuperable crisis de legitimidad, debido a la rigidez y autoritarismo de su sistema político y a la ineficiencia de su modelo económico.
En este contexto, se producen manifestaciones y protestas continuadas y masivas contra el régimen comunista en numerosas localidades de la R.D.A., bajo el lema Wir sind das Volk (Nosotros somos el pueblo). Mijaíl Gorbachov, secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, se opone a los planes del SED de reprimir violentamente esta movilización popular y abre así la puerta al proceso que llevaría a la unidad alemana. La apertura del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 simboliza muy plásticamente el inicio de este proceso.
El canciller Helmut Kohl y su ministro de asuntos exteriores, Hans Dietrich Genscher, entienden la oportunidad histórica que se presenta y consiguen superar los recelos iniciales y obtener el apoyo a la unificación de los dos Estados alemanes por parte de las potencias aliadas vencedoras de la II Guerra Mundial (Unión Soviética, Estados Unidos de América, Gran Bretaña y Francia) y de los demás socios de la Comunidad Económica Europea. Helmut Kohl diría posteriormente que fue el presidente del Gobierno de España, Felipe González, el primer lider europeo que le aseguró su pleno apoyo a la unidad alemana.
Las negociaciones se realizaron en un tiempo récord y con éxito. El 12 de setiembre de 1990 se firmó el Tratado 4+1 (entre la R.F.A. y la R.D.A. de una parte y las 4 potencias aliadas por otra), con rango de tratado de paz, que concluía formalmente el largo período de postguerra y permitía la unificación alemana.
Previamente el Tratado para la Unión Económica, Monetaria y Social entre la R. F. A. y la R.D.A. había introducido el marco alemán como moneda de curso legal en la R.D.A. a partir del 1 de julio de 1990. Y ya el 31 de agosto de 1990 firman los dos Estados alemanes el Tratado para la Unidad Alemana. Según éste la R.D.A. se adhiere a la R.F.A. y de esta forma los cinco Länder que la componían (Mecklenburgo, Brandenburgo, Sajonia-Anhalt Turingia y Sajonia) se convierten en Länder de la República Federal de Alemania.
El día 3 de octubre de 1990 a la medianoche se proclamó frente al Reichstag la unificación de Alemania. A partir de entonces, el 3 de octubre se celebra como Día de la Unidad Alemana.
La unidad de Alemania no consistió pues propiamente en una “reunificación” de los dos Estados alemanes preexistentes, sino que se produjo por la entrada de la R.D.A. en el ámbito de aplicación de la Constitución de la República Federal de Alemania, llamada también “Ley Fundamental de Bonn” (“Bonner Grundgesetz”).
Aunque no fue sometida a referendum alguno, ni en 1949, año de su entrada en vigor, ni en 1990, con motivo de la unificación de Alemania, la Constitución Federal goza de buena salud y de gran legitimidad, pues ha hecho posible la época más larga de paz, libertad y bienestar de que ha disfrutado el pueblo alemán en toda su dramática historia. Y esta Constitución es la misma que ya recibió a los primeros inmigrantes hispanohablantes en los años 60 del siglo pasado.
Vicente Riesgo Alonso
Academia Española de Formación
Bonn