50 años del Departamento de Formación – Referat Bildung
Primera institución de ámbito nacional dedicada al apoyo y promoción formativa de los migrantes hispanohablantes y sus familias

y del boletín “Carta a los Padres” (1972-2022)
Aprendiendo juntos a vivir
De 1980 a 1990 Colaborador Adjunto del Departamento de Asuntos Escolares y Formación de Adultos y Director del mismo desde 1990 a 2018.
¿Cuál fue el origen de la fundación del Departamento de Asuntos Escolares y Formación de Adultos?

La creación del Departamento de Asuntos Escolares, Formación de Adultos y Catequesis de las Misiones Católicas Españolas en 1972, por parte de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), se debe fundamentalmente a dos factores. Uno, la presencia creciente de niños en las familias españolas en Alemania. Algunos llegan ahora en el marco de la reagrupación familiar y otros ya han nacido entre tanto en Alemania, de padres inmigrados en los años sesenta. Con ello comienza una segunda etapa en la vida de las Misiones Católicas en Alemania, orientada a ofrecer posibilidades de formación a niños y jóvenes. En la etapa anterior, en los años sesenta, las Misiones ofrecieron sobre todo hogar y acogida a los que estaban llegando. El otro factor fue la capacidad de Luis Zabalegui, fundador del Departamento y de los dos primeros Delegados Nacionales, Javier Lacarra y José Sánchez para ver este “signo de los tiempos” y hacérselo ver a la Conferencia Episcopal, con el apoyo decidido que les prestó Herbert Becher, director jurídico del Katholisches Büro en Bonn.
¿Cuáles fueron las diversas funciones y competencias asignadas al Departamento de Formación a lo largo de los años?
El nombre tradicional del Departamento refleja las tres funciones para las que fue creado: atención a los asuntos escolares de niños y jóvenes, formación de adultos y promoción de la catequesis en las Misiones. Desde su mismo inicio en 1972 el Departamento concretiza estas funciones en dos tareas centrales: la publicación de la revista pedagógico-informativa CARTA A LOS PADRES así como la gerencia y asesoramiento técnico de la Confederación de Asociaciones de Padres de Familia, creada en 1973 con gran implicación personal e institucional de Luis Zabalegui. Desde 2010 la Delegación Nacional se encarga directamente de la sección de catequesis. Tras mi jubilación en 2018, el Departamento – por decisión de la Conferencia Episcopal Alemana – dejó las tareas de gerencia y asesoramiento de la Confederación para dedicarse exclusivamente a apoyar directamente el trabajo del Delegado Nacional, que ahora sólo tiene medio puesto de trabajo para cumplir todas sus obligaciones.

¿Hubo cambios en el personal contratado para el Departamento?
Los dos primeros directores del Departamento, Luis Zabalegui y Gabriel González del Estal, eran los únicos contratados para el Departamento. A partir de 1977 el Departamento contará, además del director, con una secretaria a media jornada. Y desde 1979 a 2010 dispuso de un colaborador técnico a media jornada adjunto al director.
¿Por qué se eligió Bonn como sede del Departamento?
El Departamento de Formación estuvo localizado desde su creación en Bonn, por ser esta ciudad la sede de la Delegación Nacional y de la Conferencia Episcopal Alemana, además de ser en aquellos años la capital de la República Federal de Alemania.
¿Las oficinas del Departamento de Formación siempre han estado separadas de las de la Delegación Nacional de las Misiones Católicas de Lengua Española?

Durante los primeros años el Departamento tuvo su oficina en la sede original de la Delegación Nacional, en el número 230 de la Mainzer Strasse. El tercer director, Jesús Hernández Aristu, la trasladó a un edificio cercano, con la intención de disponer de más espacio para ampliar la dotación de personal, que se hizo realidad en 1977 con la contratación de la primera secretaria. La necesidad de más espacio para el personal de sus nuevos proyectos por parte de la AEF, fundada diez años antes, obliga en 1994 a mudarse nuevamente a un edificio contiguo. El Departamento y la Confederación, que comparten oficina con la AEF, optan por mudarse a la vez para seguir aprovechando las sinergias de trabajar juntos y mantener la cercanía, también espacial, con la Delegación Nacional.
¿Recuerdas el nombre del personal (directores, secretarias,…) que ha trabajado en el Departamento de Formación
Los directores del Departamento han sido desde su fundación Luis Zabalegui (1972-1975), Gabriel González del Estal (1975-1976), Jesús Hernández Aristu (1976-1981), José Antonio Arzoz (1982-1990), Vicente Riesgo Alonso (1990-2018) y Joaquín Simó Fontelles (desde 2018). Los directores contaron durante algunos años, además, con la ayuda de los colaboradores adjuntos José Sánchez Otero (1979) y Vicente Riesgo Alonso (1980-1990) para las tareas generales del Departamento, así como de José Manuel Iparraguirre (1990-2000) y Florentino Ulibarri (2000-2010) como encargados de la sección de Catequesis, todos ellos empleados a media jornada. Imprescindibles en el trabajo del Departamento han sido igualmente sus cuatro secretarias Anneliese Brauns (1977-1981), Geerte González (1982-1990), Ilona Schäfer (1990-2008) y Cristina Fernández Schulte (desde 2008).
¿Qué priorizó la DBK mientras estuviste de Director del Departamento?
El trabajo formativo con padres, jóvenes y mayores así como el asesoramiento y la gerencia de la Confederación constituyeron las prioridades del Departamento durante los 28 años en que lo dirigí. El objetivo principal era contribuir a la buena integración y al éxito escolar de los hijos de migrantes hispanohablantes, apoyándolos en el desarrollo de su identidad personal y de su potencial bilingüe e intercultural. Y también mejorar la calidad de vida de los emigrantes mayores ya jubilados. Para estas tareas tuve siempre el apoyo firme de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) y de la Delegación Nacional, a los que estoy profundamente agradecido.
¿Qué papel jugó el Departamento en la fundación de la Confederación de Asociaciones Españolas de Padres de Familia en la RFA y en la posterior Academia Española de Formación (AEF)?

Podemos decir que el Departamento jugó un papel central y decisivo en la fundación y posterior desarrollo de ambas instituciones. Luis Zabalegui animó a los padres españoles a crear asociaciones en Alemania y los puso en contacto entre sí a través de una sección en CARTA A LOS PADRES titulada “¿Conoce Vd. a otros?”. Él coordinó – junto con Sixto Rilo, presidente de la Asociación de padres de Wiesbaden, y Justo Hermoso, capellán de la Misión Católica de esta ciudad – los preparativos para la asamblea constituyente de la Confederación, allí celebrada del 10 al 11 de noviembre de 1973. Los directores del Departamento fueron, desde 1973 hasta 2018, también asesores técnicos y gerentes de la Confederación.
Igualmente fue el director del Departamento, en este caso José Antonio Arzoz, el principal impulsor y coordinador de la fundación de la AEF en 1984. Él fue también hasta 1994 su presidente-director. A él le sucedí yo con las mismas funciones hasta 2018, en que reformamos los estatutos de la AEF.
En ambas fundaciones, de la Confederación y de la AEF, jugó un papel clave como inspirador y asesor Herbert Becher.
Cuéntanos tres momentos difíciles y tres satisfactorios de tu periodo de director en el Departamento
Hubo ciertos malentendidos por parte de algunas personas del arzobispado de Colonia y de Caritas cuando la AEF, en 1991, decidió cooperar institucionalmente con la Cruz Roja Alemana para poder realizar algunos de sus proyectos. Afortunadamente, la Conferencia Episcopal Alemana siempre apoyó la labor del Departamento y respetó la autonomía de la AEF. En mi periodo como director predominaron, sin duda, las satisfacciones. Entre éstas figura el haber conseguido que tanto la AEF como la Confederación dispusieran de personal y recursos propios para poder continuar su trabajo, ya sin la ayuda directa de la Conferencia Episcopal, tras mi jubilación. Igualmente satisfactorio fue el haber podido convencer a la Conferencia Episcopal, antes de irme, de la necesidad de que el Departamento continuase prestando sus servicios a la comunidad hispanohablante, ahora con nuevas tareas. Ello fue posible gracias al apoyo del Delegado Nacional, Raúl Herrera, y del Director Nacional para Pastoral Migrante en la Conferencia Episcopal, Stefan Schohe.
¿Qué dirías sobre Carta a los Padres? ¿Cuál ha sido su evolución desde el principio.
La idea central que ha inspirado a CALP y sus redactores durante estos decenios la formuló claramente Luis Zabalegui en el primer número de la publicación: “Esta carta se escribe solamente para recordaros una vez al mes que la solución está en vuestras manos. … Vosotros sois la solución si, unidos, os interesáis de verdad por la educación de vuestros hijos”. CALP ha mantenido siempre este enfoque emancipador, orientado a mejorar la situación concreta de las familias. Por eso la dimensión pedagógica de la revista ha ido siempre acompañada por la información crítica y el análisis del contexto sociocultural y político siempre cambiante que han vivido los migrantes hispanohablantes en Alemania durante los últimos 50 años.
¿Por qué se eligió el nombre de Carta a los Padres para el boletín dirigido desde el Departamento de Formación?
Pienso que la clave nos la da el propio Luis Zabalegui también en el primer número de la revista, en octubre de 1972, cuando escribe: “Queridos padres: Os extrañará recibir esta carta dirigida a vosotros. Va para vosotros. Sí, para los que trabajáis en Alemania y tenéis hijos”. Él entiende la publicación sobre todo como una carta familiar a los padres en la que también les dice repetidamente que espera su respuesta y participación activa para escribirla.
Un último mensaje que ponga en valor la tarea global del Departamento
El apoyo constante del Departamento de Formación ha hecho posible el exitoso y reconocido trabajo de integración social llevado a cabo por la Confederación y la AEF-Academia Española de Formación. El Departamento ha dejado una huella profunda en la historia de la migración hispanohablante en Alemania. Con este servicio altruista y generoso a toda la sociedad la Iglesia Católica ha cumplido, en su lugar y tiempo justo, algo del anhelo expresado por el Concilio Vaticano II de contribuir “a humanizar más la familia de los hombres y su historia”.