Para las emigrantes españoles que llegaron a la RFA en los años 60 del siglo pasado, acompañados de sus familias, una de las dificultades principales que encontraron, además del desconocimiento del idioma y la adaptación a normas de convivencia distintas, fue el de la falta de una adecuada escolarización de sus hijos y el temor de que pudiese fracasar su plan, de que estos llegasen a tener mejores posibilidades que ellos mismos en la vida, a través de una mejor formación escolar; ya que la política de escolarización alemana para los hijos de los extranjeros era deficiente e imprecisa. Pero también el deseo de que sus hijos, de forma complementaria al sistema educativo alemán, recibiesen clases en la propia lengua y cultura, ya que la estancia en Alemania era todavía limitada e insegura.
La creciente inquietud de las familias españolas, por la deficiente política de escolarización alemana para sus hijos, se tradujo en una sensibilización de las familias que culminó, con la creación de un gran número de Asociaciones Españolas de Padres de Familia en la entonces RFA. Siendo la primera confederación de asociaciones de extranjeros en Alemania
Tras un periodo de rodaje y experiencia, las AEPF se dieron cuenta que para ser más efectivas y fuertes, en la solución de los temas escolares y sociales, era indispensable tener un órgano que las pudiese representar y actuar ante las administraciones federales y estatales, tanto alemanas como españolas a un nivel que de forma individual no sería posible.
Esa convicción es la que facilitó que por fin, en diciembre de 1973 se crease, en la ciudad de Wiesbaden, la Confederación de Asociaciones Españolas de Padres de Familia en la RFA.
Desde su creación, la Confederación, como órgano representativo de las Asociaciones de Padres de Familia, se ha esforzado en trabajar a todos los niveles con las administraciones, tanto alemanas como españolas, para, por un lado, proponer soluciones y mejoras a la formación escolar de los alumnos españoles y también para la consecución los derechos sociales de las familias emigradas, y por otro lado, para denunciar y oponerse al recorte de derechos tanto escolares como sociales que en muchas ocasiones han pretendido hacer las administraciones de los estados, especialmente con los más débiles, esto es, con las minorías.
Los resultados de la política escolar promovida y defendida por la Confederación, esto es, la inclusión de los alumnos españoles en las clases regulares alemanas con la asistencia de estos a las clases de lengua y cultura españolas han sido excelentes, ya que ha facilitado que el porcentaje de escolares españoles que han conseguido el Abitur (Bachillerato), haya sido equiparable al de los nativos y posiblemente el mejor, dentro de los escolares extranjeros.
En todo este tiempo, la Confederación ha promocionado la formación de los miembros de las asociaciones a través de seminarios para mujeres, para directivos de asociaciones, para jóvenes, y para formación de animadores socioculturales y de fomento a la salud, para la atención y ayuda a las personas mayores.
También ha organizado cursillos sobre temas culturales de todo tipo. Para enumerar toda la encomiable labor que está institución ha realizado en el largo recorrido de su existencia, se necesitaría un espacio muy amplio para el que no hay lugar en esta publicación.
No sería justo el terminar este artículo sin mencionar las personas que durante tanto a años han contribuido y contribuyen con su esfuerzo, dedicación y voluntariado a apoyar a la Confederación y sus políticas escolares, culturales y sociales en favor de las familias emigradas. Por lo tanto gracias a todos los voluntarios por vuestro sacrificio y esfuerzo.