Los inmigrantes católicos de lengua española constituyen uno de los principales colectivos de extranjeros integrados en la Iglesia alemana. Su presencia no tiene sólo importancia por su número e implicación pastoral en la vida de las Diócesis, sino que en ese grupo lingüístico (ES) están representadas 22 nacionalidades presentes en 3 continentes. Un grupo cultural heterogéneo unido por una misma lengua y una misma fe.
Ya en 1960 y ante el aumento de la migración de españoles a tierras germanas, se crean las primeras Misiones católicas para hispanohablantes amparadas por las Conferencias Episcopales española y alemana. En los primeros 20 años de fundación de las Misiones se llegaron a establecer casi un centenar de Comunidades en toda la República Federal de Alemania (BRD). Junto a los inmigrantes económicos también emigraron congregaciones religiosas y movimientos eclesiales (Cursillos de Cristiandad, Juventud Obrera Cristiana (JOC) y Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)) que, por entonces, jugaron un papel fundamental en su acompañamiento y apoyo social y espiritual, siendo defensores de sus derechos y dignidad, promocionando el asociacionismo como instrumento democrático transformador de la realidad. De destacar es la labor que desarrollaron la Delegacional Nacional y su Departamento de Formación en la vertebración de una red de apoyo integral a los hispanohablantes que vivían en Alemania Occidental (BRD). Ambas organizaciones supieron representar a los migrantes de lengua española ante las instituciones públicas y eclesiales alemanas promoviendo sus derechos e intentando establecer cauces de colaboración y entendimiento mutuo.
Actualmente en la Alemania reunificada en 1990, existen 29 Misiones-Comunidades Católicas de Lengua Española. Estas Misiones ofrecen acompañamiento pastoral y servicios religiosos en español a comunidades de hispanohablantes situadas en 80 localidades o municipios. En este momento hay 22 sacerdotes nombrados por la Iglesia alemana, a través de sus Archidiócesis y Diócesis, para realizar esta labor. Las Misiones de Hanau, Mannheim-Weinheim, Dortmund y München permanecen sin sacerdote a la espera de la designación por sus correspondientes Diócesis.
La Iglesia alemana está dividida en 7 arzobispados y 20 obispados. En 10 Diócesis los católicos de lengua española no disponen de atención religiosa y servicios pastorales en su lengua materna.
Si ponemos la mirada sobre los Estados Federados (Länder) podemos observar que las Comunidades Católicas de Lengua Española están presentes, de una u otra forma, en 11 de los 16 Estados alemanes. Siendo Nordrhein Westfalen (NRW) el que aglutina el 35 % de las Misiones.
Los Estados sin presencia de las Misiones Católicas de Lengua Española son: Brandenburg, Mecklenburg-Vorpommen, Sachsen, Sachsen-Anhalt y Thüringen.
Este dato evidencia, una vez más, que todavía existe un muro invisible que divide Alemania y que también afecta a la realidad eclesial alemana.
La solidaridad del Oeste hacia el Este todavía sigue siendo necesaria y la Iglesia alemana tiene la oportunidad de llegar a las “periferias existenciales” de una sociedad descristianizada intensificando su misión evangelizadora.
Afortunadamente, la fisonomía de las grandes urbes del Este (Leipzig, Dresde, Erfurt,…) se ha transformado en apenas 30 años no sólo a nivel arquitectónico sino a nivel demográfico.
Los inmigrantes han comenzado a formar parte de esta sociedad en transición, enriqueciendola no sólo con su trabajo sino con su cultura y valores. Entre ellos los católicos hispanohablantes forman un colectivo cada vez más nutrido de personas que pueden contribuir con su testimonio e idiosincrasia a la reconstrucción moral y evangelización de la Alemania oriental.