Quizás alguno de vosotros hayáis escuchado estos meses ciertas noticias sobre el Camino Sinodal iniciado en Alemania en diferentes medios, tanto seculares como religiosos. Muchas veces, en los videos que vemos en la televisión, en entrevistas en canales de Youtube o en fotos de periódico, aparece normalmente el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing –obispo de Limburg– y junto a él observamos otra persona, a la que los medios suelen presentar como representante de los católicos en Alemania, el presidente del ZdK (las siglas alemanas del Comité central de los católicos alemanes). Este último suele expresar opiniones que, en muchos casos, son admitidas por los medios como la opinión generalizada de los laicos y las laicas en Alemania.
¿Qué es este comité? ¿Quién lo forma? ¿A qué se dedica?
El ZdK es una organización que engloba a representantes laicos de las diferentes diócesis alemanas, movimientos eclesiales, así como a diversas organizaciones católicas. Nace a mediados del siglo XIX y su órgano principal es la asamblea general. Dicha asamblea, que se reúne dos veces al año, está formada por 230 personas, y ella elige de entre sus miembros la presidencia y demás órganos de gobierno. Personajes importantes de la cultura, la ciencia y sobre todo de la política tienen un sitio dentro de esta especie de parlamento. De sus funciones destacan, desde mi punto de vista, dos principalmente. Por un lado, intentar influenciar en la sociedad y aportar un punto de vista cristiano, y por otro lado, se presenta como observador del mundo que nos rodea, y por ello, ofrece consejo a los obispos en determinadas cuestiones políticas, sociales y eclesiales. También es promotor y responsable de acontecimientos como el Katholikentag (el próximo en Stuttgart en Mayo de 2022) y tiene una fuerte presencia en las sesiones del Camino sinodal.
He hablado de diferentes representantes, pero, ¿estamos realmente representados los laicos de las comunidades hispano-latinas en este comité? La respuesta es sí, a continuación te explico cómo. Según datos oficiales de la Conferencia Episcopal (DBK), el 16 % de los católicos que vivimos en Alemania tenemos otra nacionalidad que no es la alemana. Muchos de estos migrantes viven su fe dentro de las 450 comunidades católicas cuya lengua vehicular no es el alemán. Estas comunidades tienen dentro del ZdK, nada más y nada menos que 3 representantes con derecho a voz y voto. Sé que el número parece una broma, si atendemos a las estadísticas, pero hasta hace unos años no teníamos ni siquiera eso.
Estos tres miembros se eligen democráticamente en un consejo que se reúne dos veces al año, normalmente antes de la asamblea general del ZdK. Este consejo se llama “Bundespastoralrat” y en él hay un representante de cada grupo lingüístico (un italiano, una croata, un francófono, un anglófono, ucraniano, filipino, vietnamita….) unos 20 miembros. Yo soy quien representa a los hispanohablantes. En las reuniones hablamos de diferentes temas sociales, económicos y eclesiales, e intentamos llegar a acuerdos para que nuestros tres representantes en el ZdK (entre ellos, Agnieszka Piotrowski, una mujer de Polonia con esposo mexicano) tengan una misma voz y un sentido de voto similar dentro de la asamblea general.
Como vuestra voz en el “Bundespastoralrat”, os animaría a que me hicieseis llegar vuestros deseos, preocupaciones y opiniones sobre temas que consideréis importantes en el desarrollo de la Iglesia alemana en general y de vuestras comunidades en particular. Cuantas más personas contactéis conmigo mejor podré hacerme una idea de vuestras demandas y podré fundamentar mejor nuestra posición como Comunidad hispano-latina en Alemania. Muchas gracias de antemano.
Iñaki Blanco Pérez, nacido en Bilbao el 20.09 de 1983, me crié en León. Estudié Teología, Filosofía y Humanidades en Salamanca, Tübingen y Würzburg. Desde 2016 trabajo para el Obispado de Fulda, con anterioridad fui profesor y educador en un colegio de los HH. Maristas en Zaragoza. Estoy casado y tengo dos niñas de 7 y 4 años. Vivo en Hainburg, un pueblo entre Hanau y Offenbach.
FOTOS: Katholisch.de y ZdK