¿Qué es la “resiliencia”? ¿Qué factores contribuyen a la resiliencia? ¿Qué ocurriría si en todas las escuelas “educar en la resiliencia” fuera una competencia curricular obligatoria? Estas y otras preguntas relacionadas con el término de “resiliencia” han despertado el interés en los últimos años de diferentes colectivos procedentes de diversos ámbitos (psicología, salud mental, trabajo social, pedagogía, sociología, etc.).
La resiliencia es un término que procede del vocablo latino “resilio”, que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar. Aunque el uso del término se generalizó en el campo de la física y se refiere a la capacidad que tienen los cuerpos para volver a su forma original luego de haber sufrido deformaciones producto de la fuerza.
Las ciencias sociales y de la salud han adoptado el término resiliencia para referirse a la capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e incluso ser transformado positivamente por ellas (Grotberg, 1995).
En condiciones normales, es el entorno familiar y social el que favorece un adecuado desarrollo físico, emocional y social de las personas al cubrir sus necesidades básicas, darles seguridad y protección. Si bien, en las situaciones en las que el entorno familiar y/o social más cercano es fuente de estrés por factores como: desempleo, inmigración (adaptación a una nueva comunidad, lengua, país…), escasez de recursos económicos o comunitarios, problemas de aislamiento social… el bienestar psicológico puede verse afectado o impedido debido a las circunstancias adversas en las que se viven. Pero ante las mismas dificultades, no todas las personas son afectadas de la misma forma.
Diversas investigaciones han encontrado que cerca de un tercio de niños que crecen en un entorno con múltiples agentes estresantes y escasas oportunidades de desarrollo consiguen adaptarse bien al medio y, con el paso de los años, llegan a convertirse en adultos con una vida totalmente normalizada. Es decir, las personas resilientes son aquellas que superan situaciones adversas, sin sufrir secuelas psicológicas graves, e incluso saliendo enriquecidos, en cuanto a su maduración y desarrollo, ante la vivencia de dichas situaciones.
Algunos ejemplos de personas resilientes los puedes encontrar en este enlace:
www.lifeder.com/ejemplos-resiliencia/
En la siguiente “Carta a los Padres” os mostraré como podéis fomentar la resiliencia en vosotros y en vuestros hijos.
Dra. Segun Sánchez Lorente.
Doctora en Psicología y Coach personal.
Valencia, España
GROTBERG, E. (1995). A guide to promotig resilience in children: strenghening the human spirit. La Haya, Holanda: The Internacional Resilence Proyect., Bernard Van Leer Foundation.