“A quien le tengo más miedo son a los diablos educados”
Carlos Herrera, reconocido comunicador español en la prensa oral y escrita, entrevistó a finales de agosto del 2021 al Santo Padre en la residencia Santa Marta del Vaticano.
En una conversación familiar y distendida, el Papa Francisco respondió a las diversas cuestiones de actualidad que Herrera le fue planteando. Fue una larga entrevista donde tuvieron cabida, entre otros temas, referencias a Angela Merkel, al camino sinodal de Alemania y a la actitud que deben mantener los países y ciudadanos para afrontar la migración.
El Papa Francisco afirmó que “el diablo corretea por todos lados pero los que le provocan más miedo y pavor son los diablos educados. Aquellos que te tocan el timbre, que te piden permiso, que entran en tu casa, que se hacen amigos… aprovechando la ingenuidad de la persona que lo deja entrar. Son los peores, y uno se engaña mucho…«
Respecto a los migrantes “…delante a los migrantes cuatro actitudes: acoger, proteger, promover e integrar. […] Eso sí un país tiene que ser muy honesto y decir: “hasta aquí puedo””. Papa Francisco |
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Los populismos, los egoísmos nacionalistas y la indiferencia institucional están provocando un retroceso de la democracia, tanto en Europa como en el resto del mundo.
«La Unión Europea, desgarrada por egoísmos nacionalistas, más que ser un tren de solidaridad, algunas veces se muestra bloqueada y descoordinada en vez de ser el motor de la solidaridad. Quisiera instar una vez más a una visión de conjunto, a una visión comunitaria frente a la cuestión migratoria y animar a prestar atención a los más necesitados para que sean acogidos según las posibilidades de cada país.»
El Papa Francisco advirtió de un retroceso de la democracia en el mundo, debido al populismo y a la distancia de las instituciones con la ciudadanía.
En su visita a Grecia, el Ssumoó Ppontífice emitió un discurso a las autoridades sobre su preocupación por elen el aumento del autoritarismo.
«Mientras el autoritarismo es expedito y las promesas fáciles, propuestas por los populismos se muestran atrayentes, en diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar, conducen a una suerte de escepticismo democrático», expuso.
No obstante, Francisco señaló que el escepticismo sobre la democracia es provocado por la distancia de las instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia.
«Pero también existe un escepticismo en relación a la democracia, provocado por la distancia de las instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia», aseguró.
El Papa llegó a Atenas procedente de Chipre, y su primer acto fue la visita de cortesía y reunión con la presidenta, Katerina Sakellaropoulou, y el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, donde en su discurso recordó que en Grecia nació la democracia.
Finalizó: que a las seducciones del autoritarismo responda con la democracia; que a la indiferencia individualista oponga el cuidado del otro, del pobre y de la creación, pilares esenciales para un humanismo renovado, que es lo que necesitan nuestros tiempos y nuestra Europa.
La Comunidad europea, desgarrada por egoísmos nacionalistas, más que ser un tren de solidaridad, algunas veces se muestra bloqueada y sin coordinación. Si en un tiempo los contrastes ideológicos impedían la construcción de puentes entre el este y el oeste del continente, hoy la cuestión migratoria también ha abierto brechas entre el sur y el norte. Quisiera exhortar nuevamente a una visión de conjunto, comunitaria, ante la cuestión migratoria, y animar a que se dirija la atención a los más necesitados para que, según las posibilidades de cada país, sean acogidos, protegidos, promovidos e integrados en el pleno respeto de sus derechos humanos y de su dignidad.
Los sufrimientos nos unen y reconocer la pertenencia a la misma humanidad frágil nos ayudará a construir un futuro más integrado y pacífico. ¡Transformemos en audaz oportunidad lo que sólo parece una desgraciada adversidad!
No se puede dejar de constatar con preocupación cómo hoy, no sólo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia. Ésta requiere la participación, implicación de todos, y por tanto exige esfuerzo y paciencia, la democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles, propuestas por los populismos, se muestran atrayentes. En diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar conducen a una suerte de “escepticismo democrático”. Sin embargo, la participación de todos es una exigencia fundamental, no sólo para alcanzar objetivos comunes, sino porque responde a lo que somos: seres sociales, irrepetibles y al mismo tiempo interdependientes.
Existe un escepticismo, en relación a la democracia, provocado por la distancia de las instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia. El remedio a esto no está en la búsqueda obsesiva de popularidad, en la sed de visibilidad, en la proclamación de promesas imposibles o en la adhesión a abstractas colonizaciones ideológicas, sino que está en la buena política. Porque la política es algo bueno y así debe ser en la práctica, en cuanto responsabilidad suprema del ciudadano, en cuanto arte del bien común. Para que el bien sea realmente participado, hay que dirigir una atención particular, diría prioritaria, a las franjas más débiles.
Foto: fuente cathopic