JORNADAS FORMATIVAS EN SEVILLA
Del 11 al 15 de noviembre tuvieron lugar en Sevilla, en la Casa Provincial de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, las Jornadas de Formación organizadas por la Delegación Nacional de las Misiones-Comunidades Católicas de Lengua Española en Alemania. Las Jornadas, con el título “Marcados a fuego por la misión”, tuvieron como docente principal al Padre Antonio Fernández Rodríguez, misionero en República Dominicana durante más de 30 años y responsable de la animación misionera del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras). Después de nuestra XXV Asamblea Eclesial y Formativa en Münster, en noviembre del 2023, y recogiendo alguna de las indicaciones que allí hicieron los participantes, organizamos con ilusión estas jornadas con espíritu evangelizador.
Las conferencias y dinámicas del Padre Antonio Fernández fueron complementadas y enriquecidas con la participación de los misioneros de la Congregación de la Misión (Vicencianos), hermano Paco Berbegal y padre José Luís Castillo, con la presentación del último libro de Juan José Hernández, “La Iglesia de los comienzos”; el testimonio de Verónica y Cristóbal, matrimonio misionero de la Fraternidad Misionera Verbum Dei, y con la música y testimonio de Marcelo Olima, el cual dirigió la adoración de nuestra última noche en Sevilla. Este año el arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses, nos concedió audiencia en el palacio arzobispal, pudiendo disfrutar de una entrañable y amena conversación.
“Dar bríos a la evangelización” (papa Francisco) ese es el objetivo misionero. Para poder misionar es necesario conocer el medio que se quiere evangelizar. No hay que buscar las respuestas que da el mundo si no las del evangelio.
Como limitantes de la misión no solo puede estar la cultura que nos rodea, están también nuestras limitaciones personales: la arrogancia, la falta de escucha, la depresión, nuestras adicciones, la falta de oración… El padre Antonio hizo hincapié en que los misioneros podemos convertirnos fácilmente en un obstáculo para la evangelización. Es necesaria la humildad de reconocer que, aunque se tengan estudios o conocimientos, en la pastoral se necesita la ayuda inexcusable de la comunidad. Es importante ejercer la escucha activa, estar abiertos a los fieles y a las familias. Nos necesitamos unos a otros, no podemos trabajar solos. Para ello el padre Antonio, nos insistió en la necesidad de reelaborar el concepto de comunidad cristiana. Quedarnos en el individualismo o en una fe anclada en la solo religiosidad popular no son opciones para el evangelio. En ese sentido, nuestro mundo individualista, es una traba enorme a la hora de hablar de Dios. Dios es comunidad, es Trinitario. Nosotros tenemos que trabajar en una comunidad cuyo núcleo sea, como en Dios, el Amor. No podemos excluir a nadie en la escucha y todos son necesarios en la común misión. “La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera” (EG 21).
Conocer la cultura que nos rodea y en especial las nuevas formas de comunicación que nos ofrecen la inteligencia artificial e internet, son obligatorias para los nuevos misioneros. De esa forma no nos situamos contra esos nuevos medios, sino que intentamos que nos sirvan para hacer llegar el evangelio a más personas. Antes rezábamos sólo con la liturgia de las horas en papel, ahora podemos usar también la versión digital. Pero debemos llevar cuidado en no convertirnos adictos a esos medios, son únicamente un medio.
En Fratelli Tutti el santo padre nos habla de lo común. La multiculturalidad es una nota característica de nuestro tiempo y no podemos ser rígidos, debemos aprender a adaptarnos. El evangelio debe resonar en los problemas de la gente, debe llegar a los problemas reales de las personas de nuestro tiempo. Para ello, nos dice el padre Antonio, el testimonio de vida es lo más evangelizador. Nos pone como ejemplo a María que nos lleva siempre a Jesús, su hijo. Tenemos que transmitir la fe con alegría. “Existe la gratuidad.
Es la capacidad de hacer algunas cosas porque sí, porque son buenas en sí mismas, sin esperar ningún resultado exitoso, sin esperar inmediatamente algo a cambio”. (F.T 139). Hay que huir de cualquier afán de protagonismo y reconocer que todos te pueden hablar de Dios: circunstancias y personas. Gratis recibimos, gratis damos. Todos estamos llamados a ser discípulos misioneros, pero para ello debemos encontrarnos con Jesús. Insistió mucho el padre Antonio, siguiendo la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, en la alegría, en el entusiasmo evangelizador. El evangelizador no se puede presentar con una “permanente cara de funeral” (EG 10). Y no podemos ser tibios en el anuncio, ni tener miedo a salir. Hay que ir a buscar a la oveja perdida con determinación y sin miedo. Cristo va delante. “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación”- nos dirá el papa Francisco (EG. 27).
Hizo una llamada el padre Antonio a aprovechar la fuerza evangelizadora de la piedad popular. Muchos de los laicos presentes en nuestras misiones provienen de una inculturación concreta del evangelio que no podemos dejar pasar. Tenemos que seguir inculturando el evangelio, ahora en nuestra realidad europea. “Para entender esta realidad hace falta acercarse a ella con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar” (EG. 125). Nuestras misiones de lengua española en Alemania, nuestra delegación, ha de convertirse en Iglesia en salida, una Iglesia que busca al migrante en Alemania para comunicar la alegría del evangelio.

El hermano Paco y el padre José Luís nos presentaron la iniciativa de las misiones populares que pronto empezarán en Alemania. Con alegría y esfuerzo evangélico nos ayudaron a renovar nuestras fuerzas evangelizadoras. ¡Todos somos misioneros!