Mahoma nació en La Meca, Arabia, hacia el 570. Fue comerciante y recorrió las rutas caravaneras entre Siria y Yemen, entrando en contacto con la cultura y religiones del entorno (con paganos, cristianos y judíos). En torno al 610 sintió la llamada de Dios (el Dios de los judíos y cristianos) que le enviaba a proclamar su juicio y conversión, superando el politeísmo y uniendo a todos bajo el Dios de los judíos y cristianos.
Fue un hombre de Dios, un inspirado o profeta, que se sintió llamado por Dios para convertir a los paganos de su ciudad. La mayor parte de los habitantes de La Meca veneraban a dioses y diosas vinculados al culto del santuario de la piedra sagrada, Kaaba, donde peregrinaban las tribus del entorno, un santuario que, según Mahoma, había sido construido por Abraham y su hijo Ismael.
Lo ricos mercaderes de La Meca habían instaurado allí una oligarquía comercial, olvidándose del Dios de Abraham y de Jesús y oprimiendo a los pobres. A todos ellos ofreció Mahoma, entre 613 y 622, su primer mensaje que podemos resumir en estos puntos. (1) Monoteísmo. Sólo hay un Dios, Allah, que es el Dios de los judíos y cristiano. (2) Justicia social: Dios juzgará con dureza a los ricos injustos . (3) Vinculación con los judíos y cristianos. No quiso crear una nueva religión, sino recuperar la religión eterna del Islam como sometimiento al verdadero Dios (siguiendo a Abrahán, Moisés y Jesús).
Como profeta, enviado de Dios y agente de cambio social, actúa en su ciudad esos años, sin armas, sin violencia. No quiso crear una religión distinta, una comunidad nueva sino ayudar a los hombres y mujeres de su entorno para que, superando la idolatría y la opresión social, pudieran recibir la salvación de Dios Algunos le aceptaron y acogieron su mensaje (lo aprendieron de memoria); entre ellos estaba Jadicha, su esposa rica, y Abu-Talib, su tío, jefe de su clan, y varios cristianos que le protegieron, entre los que estaba un monje llamado Bahira, que le ayudó a conocer a Jesús y a establecer las doctrinas básicas de su movimiento religioso, recogido en el Corán.
Pero a partir de la muerte de su esposa y de su tío (tras el 619 d. C.), Mahoma fue perdiendo su base social y empezó a sufrir persecución: los clanes más influyentes de la ciudad le amenazaron, acusándole de rebelde y perturbador. A pesar de ello, se mantuvo un tiempo en la Meca, sostenido por la revelación de Dios que él transmitía a sus seguidores, hasta que la situación se volvió insostenible y tanto él como sus fieles corrieron el riesgo de perder la vida.
Entonces planeó una “emigración” (la Hégira, Hijra) que le permitió consolidar su movimiento. De esa forma hizo que algunos de sus seguidores fueran hacia el sur de Arabia (Yemen) y hacia el este de África (Etiopía) para que se cobijaran y resguardaran por un tiempo entre amigos cristianos. Después él mismo emigró con otros hacia la ciudad/oasis de Yatrib (luego Medinat-ha-Nabi, Ciudad del Profeta), con cuyos habitantes, cristianos y judíos, mantenía buenas relaciones. Esto sucedió el año 622 d. C., que marca el comienzo de la Era Musulmana. Sin la colaboración y ayuda de sus amigos cristianos el Islam hubiera sido imposible. Por eso, en el Corán, Mahoma habla siempre muy bien de Jesús y, en especial, de Miriam su madre.
Xabier Pikaza Ibarrondo
Ha sido profesor de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España (1973‒2003). Casado con M. Isabel Pérez. Escritor e investigador de reconocido prestigio internacional.