La familia se trata sin duda del origen. La familia es el punto de partida, el origen de cada uno de nosotros. Explica en gran medida quiénes y cómo somos, y no solamente en los aspectos biológicos y físicos, sino en aquellos otros más significativos socialmente de conducta y hábitos. De dónde venimos marca una vital influencia hacia dónde vamos.
La familia es la institución más antigua de la humanidad, reproducida y desarrollada en todas las religiones, en todas las culturas, en todos los climas, por todas las razas. La familia es ese lugar en el que podemos aprender algo más que quienes somos, aprendemos valores, y algo fundamental para enfrentarnos a la vida: CONFIANZA.
Cuando los padres confían en que su hijo es capaz de tomar decisiones y aprender de sus experiencias, es más probable que ese niño aprenda a confiar en sí mismo, a probar cosas nuevas, pero también aprenderá a disculparse sin mentir, reparar el daño causado y se sentirá capaz de resolver sus problemas. Aprenderá a hacerse cargo de forma responsable y su compromiso será ante todo consigo mismo.
Generar un ambiente de confianza requiere centrarnos en el desarrollo de la relación con nuestros hijos, en un entorno de seguridad que les permita descubrir que cometer errores forma parte del proceso de maduración, y que además tienen recursos para salir adelante. La mirada de confianza de los padres le proporciona a los hijos un espacio seguro para crecer. Confiar en ellos les ayuda a confiar en sí mismos.
Marcela Campos
Psicóloga – Psicoterapeuta
www.marcelacampospsicolga.com
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