Hemos comenzado el pasado 19 de marzo de éste año 2021 el año de la Familia con motivo del V aniversario de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.
Este año dedicado a meditar sobre la hermosa realidad de la familia, concluirá el próximo año, el día 26 de junio del 2022.
El Papa Francisco nos convoca e invita a redescubrir la figura, el papel y la misión de la familia en la sociedad actual, golpeada por la pandemia y las contrariedades que ésta ha traído a la institución familiar, tan amada por Cristo y tan querida por nosotros.
¿Qué hemos de hacer entonces en este año?
En primer lugar debemos fijar nuestra mirada en Jesús, quien creció, se desarrolló y vivió en el seno de una familia. Dios, que es amor, deja su pedestal de Dios y comienza a vivir entre nosotros, y lo hace viviendo en Nazaret con José y María. La historia de Jesús, que comienza en el hogar de Nazaret, tiene como punto culminante su muerte y resurrección en Jerusalén. Allí Cristo dió la vida por nosotros, y de ese darse nace la familia de Dios, que es la Iglesia.
El amor de Dios, que me ama sin condiciones en su Hijo Jesucristo, me invita también a amar sin condiciones en el seno de mi familia; me invita a amar dando la vida.
En segundo lugar, y a partir del acontecimiento de Jesús de Nazaret, hemos de contemplar el amor de los esposos, de cuya fecundidad nacen los hijos. De ellos nace la familia como célula y fundamento de toda la sociedad humana. En éste punto es muy importante hacer énfasis en la educación de los hijos, pues ellos serán los padres y madres del mañana. Los hijos serán quienes en la próxima generación fundarán las nuevas familias cristianas.
Los pilares de la familia
El Papa, con motivo de éste año, vuelve a recordar que la familia de hoy ha de volver a asentarse en los pilares que propone el Evangelio, estos son:
Oración en familia.
Recuperación de la cultura del encuentro y el diálogo.
Reinvención de la familia y refortalecimiento del concepto “familia” en tiempos de prueba. Hemos de convertirnos según el plan que Dios tiene sobre nosotros.
Misericordia en la familia; paz en la familia; gozo en la familia.
Detrás de toda esta iniciativa del Papa Francisco, y muy discretamente, está la figura callada y abnegada de San José: custodio, protector y salvador de la Familia de Nazaret.
En él vislumbramos cuatro valores que son fundamentales en nuestras familias y que debemos pedir a Dios en este año: paternidad, acogida, obediencia y trabajo. Estas son nuestras tareas:
1. Que cuidemos de nuestras familias como lo hizo san José con la suya. La paternidad en san José estuvo unida a la fortaleza frente a las dificultades. Hemos de tener la certeza de que Dios está con nosotros.
2. Percibamos a nuestra familia como un don y una tarea que vienen de Dios. Así recibió José a María y al Niño.
3. Que en obediencia a Dios busquemos la felicidad, huyendo de la comodidad y del conformismo.
4. Colaboremos con el Dios creador a través de nuestro trabajo, como lo hizo san José. Recuperemos conceptos como dignidad de la persona y sacrificio personal.
Deseo que en nuestra Iglesia, familia de familias, vivamos con alegría y entusiasmo a pesar la situación actual y que la lectura atenta de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, sea el faro que nos ilumine durante este año.
David Abril,
Sacerdote de la Misión de Lengua Española de Düsseldorf, Neuss y Grevenbroich