El camino sinodal de la Iglesia en Alemania (synodaler Weg) es un tema de actualidad a nivel mundial y, si bien su comienzo oficial está planificado para el primero de diciembre de este año, los preparativos han comenzado hace meses. En consonancia con la preocupación del Santo Padre, el Papa Francisco, los obispos y asociaciones eclesiásticas alemanas entienden la importancia de la participación juvenil en la vida de la Iglesia y, en particular, en este sínodo. Enmarcado en esta lógica, se desarrolló el foro U28 durante el fin de semana del 21 al 22 de septiembre.
El tema “U28 in Kirche“, i.e. “menores de 28 en la Iglesia”, que competió al foro es una idea concebida por la asociación de jóvenes católicos alemanes (BDKJ) el año pasado. La misma puede resumirse en la búsqueda de una mayor participación de chicas y chicos menores de 28 años en la vida de la Iglesia. Entre las actividades del foro se destacaron las presentaciones de distintas asociaciones sobre cómo expandir la participación juvenil, la exposición de nuevas herramientas digitales de participación que facilitan los procesos de votación, la importancia de que surjan propuestas por parte de los jóvenes (bottom-up approach) y los momentos de compartida en grupos y en plenario, durante los cuales se expusieron realidades y dificultades concretas de cada Diócesis en materia de participación de jóvenes. Sin dudas un momento cúlmine del Foro fue la celebración de la Santa Misa, presidida por el padre Matthias Jungens, el domingo por la mañana. La música fue muy agradable y acompañó a la oración. Además, se realizaron ciertos cambios con respecto a la Liturgia tradicional, como sustituir las lecturas de la Biblia por escritos de jóvenes, o invitar a todos los participantes a repartir el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
La experiencia de participar de un foro sobre jóvenes en la Iglesia, organizado por una de las más importantes asociaciones eclesiásticas juveniles de Alemania, fue sin duda muy enriquecedora. Me gustó la propuesta de dialogar sobre este tema tan importante, pero me preocuparon ciertas cuestiones. En primer lugar, el centrarse en las estructuras, en los métodos, olvidando lo fundamental, el Evangelio y el rol de la Iglesia en el plan de salvación, es para mí un gran error. En la práctica se ve que, por más de que los jóvenes tengan todas las herramientas procesuales de participación, sin la motivación, sin una relación profunda con Dios que les impida callar lo visto y oído (Hechos 4.20), ellos no tomarán la iniciativa, como se pretende. Respecto de la modificación de la Liturgia de la Santa Misa, más que escandalizarse y juzgar con mirada ritualista, invito al lector a ver que el empobrecimiento de la Liturgia expresa un desencanto para con la vida de Fe, una falta de confianza en Dios, una falta de entendimiento de la Liturgia, una desconfianza en la capacidad espiritual e intelectual de los jóvenes, una mirada olvidada de la Comunión de la Iglesia, la Comunión de los Santos.
Creo importante destacar que en el foro fui el único representante de una Comunidad de lengua extranjera. Esta poca participación que se manifiesta en muchos otros ámbitos, lo atribuyo más a una falta de identificación que a una falta de compromiso con la Iglesia. En otras palabras, creo que muchos extranjeros caemos en el error de olvidar que nuestra Iglesia es universal y que, viviendo en Alemania, aún con las diferencias culturales y lingüísticas, somos parte de los hermanos peregrinos que en este país caminan hacia el Padre. Me atrevo a dar un paso más en mi razonamiento: considerando la necesidad de renovación en el Espíritu en tantos sectores de la Iglesia alemana, los cristianos de lengua extranjera, y en particular los hispanohablantes, tenemos una responsabilidad de ser Sal y Luz en esos rincones que parecen oscurecerse cada vez más y van perdiendo su sabor (Mt 5.13-16). Exhorto a mis hermanos de lengua extranjera a participar del camino sinodal y a dar testimonio de la presencia de Dios en el mundo. No nos confundamos pensando que estar en Alemania en estos momentos de crisis eclesial es una desafortunada casualidad. Asumamos nuestro llamado a ser misioneros y no nos guardemos los talentos recibidos. Dios no los anda derrochando, más bien los regala para ser compartidos.
Martín Nicolás Greco Coppi
Misión Católica de Lengua Española en Wiesbaden
Equipo Central de Pastoral Juvenil, Departamento de Formación – Delegación Nacional Misiones Católicas de Lengua Española en Alemania