En cuanto a la crisis ambiental, el 2020 ha iniciado como concluyó el 2019, es decir con noticas alarmantes sobre los daños a nuestro planeta; incendios devastadores en Australia, tormentas e inundaciones, desaparición masiva de especies. La ciencia indica que el tiempo sigue acortándose, y que se debe actuar de manera decisiva en las próximas décadas, pero al mismo tiempo vemos como la tecnología avanza con alternativas más limpias. También somos más conscientes de como nuestros hábitos y comportamientos pueden tener un efecto positivo en nuestro entorno. En lo que respecta a la emergencia climática, los países miembros de la Unión Europea son al mismo tiempo, una parte importante del problema y de la solución.
La Unión Europea es el tercer mayor emisor de gases que contribuyen al calentamiento global, después de China y los Estados Unidos. Alemania es, y por mucho, el número uno de Europa, seguido por Inglaterra, Francia, Italia, Polonia y España. Europa también es considerado a nivel mundial un líder en cuanto a la acción climática y recientemente se ha anunciado el denominado Pacto Verde Europeo que busca lograr la neutralidad de carbono para el 2050, esto significa que para esa fecha se debe lograr que las emisiones netas de gases que contribuyen al cambio climático lleguen a cero. Para lograrlo se invertirá un trillón de euros, incluyendo para asegurar lo que se denomina “transición justa”, es decir evitar efectos al empleo y la economía en países que aun dependen de fuentes de energía no tan limpias.
Lo anterior es muy alentador, ya que en Europa existe la capacidad y conciencia para avanzar aún más hacia la sustentabilidad, y nos toca a cada uno de nosotros contribuir con nuestro granito de arena para resolver lo que muchos llaman ya el mayor reto que enfrenta hoy en día la humanidad.
Alejandro Kilpatrick