Me piden una breve síntesis sobre la carta que recientemente dirigió el Papa Francisco al ‘Pueblo de Dios que peregrina en Alemania’. Si algo me motiva a escribir este breve artículo es impulsar a leer la carta y reflexionarla personal y colectivamente.
En primer lugar, es una carta dirigida a toda la iglesia alemana. Por tanto, también a las Misiones de lengua española. Todos formamos parte de esa Iglesia que camina en Alemania: alemanes nativos y habitantes de esta tierra. Las reflexiones de S.S Francisco son para todos.
En segundo lugar, el Papa quiere acompañar y estar presente en el camino sinodal que ha abierto la Iglesia alemana. Un camino que quiere ser una respuesta a un momento actual complejo. El Papa elogia todo el trabajo que se hace en la Iglesia alemana. Quiere animar a la Iglesia a trabajar en bien de la evangelización.
En tercer lugar, el camino sinodal no puede hacerse al margen de toda la Iglesia universal, la parte no es más que el todo. Las decisiones que surjan del Sínodo deben estar en sintonía con el camino de la Iglesia en su conjunto. El Papa insiste en la comunión como condición de vida eclesial. No se trata de adaptarse al mundo si no de ver como podemos ser una voz profética más auténtica. Eso no se hace solo creando o reformando estructuras. El sínodo no puede estar al servicio de ninguna ideología, debe servir al Evangelio.
Se trata, sobre todo, de un proceso de conversión personal que lleve al cambio de la Iglesia, vigilia y conversión – dirá el Papa Francisco. Tres elementos nos pueden ayudar: la oración, la penitencia y la adoración. Acabo con una frase de la carta: “Como pueblo apostólico caminemos y caminemos juntos, escuchándonos bajo la guía del Espíritu Santo, aunque no pensemos igual” (…)
P. Ferrán Jarabo Carbonell
Doctor en Filosofía y párroco de la Misión Católica de Lengua Española en Wiesbaden