El misionero y sacerdote diocesano P. Exiquio, hombre apasionado por la misión y ayuda al prójimo, falleció el pasado 16 de marzo a los 53 años. Su marcha a la casa del padre se produjo después de una intensa tarde, acompañando a familias y a un grupo de jóvenes confirmandos. Llevó su amor a la Misión y a Dios hasta que su corazón dejó de latir.
El P. Exiquio nació el 6 de septiembre en Guadalajara, México. Fue el quinto hijo y único varón de la familia. Su padre se estremeció de alegría con el nacimiento del hijo tan deseado. Ambos estaban muy unidos.
En su juventud el P. Exiquio estudió 2 años en la escuela de teatro, para después ingresar en la universidad y cursar Economía. Al finalizar, trabajó como gerente en una empresa de productos farmacéuticos para animales.
En 1992 sintió la llamada del Señor para ser sacerdote. Esto fue después de diez años de estar en contacto con el Camino Neocatecumenal, un camino eclesial en el que se insiste en la vida comunitaria al estilo de los primeros cristianos, el contacto con la Palabra y el amor a la Iglesia. Se puso al servicio de la misión y fue enviado en 1993 al Seminario Diocesano Redemptoris Mater en Berlín donde, después de 11 años, fue ordenado sacerdote. Nos consta el gran aprecio que le tenían todos sus compañeros del seminario así como también el rector, P. Silvano Latini.
Su sociabilidad, alegría y gran talento para el canto y el teatro, le ayudaron en su trabajo pastoral con jóvenes, tanto en las parroquias alemanas como posteriormente en la Misión Católica de Lengua Española. En esta Misión, a la que dedicó su vida, sustituyo al querido Padre Emilio Muñoz.
Los últimos 8 años fue Párroco de la Misión Católica de Lengua Española en Berlín. Realizó su trabajo con gran entusiasmo. En un momento de crisis generalizada, supo estar siempre cerca de los pobres. Su pastoral familiar es digna de ser mencionada. Supo ser un buen mediador de Dios, llevando cantidad de matrimonios y jóvenes al camino de su Iglesia.
Su celo apostólico, como buen discípulo de Cristo que era, le hizo olvidar el cuidado de su salud por preocuparse de los demás y tratar de llevar a todos el Evangelio. Su labor no sólo quedó en Berlín, sino que traspasó fronteras. Se preocupó también de los necesitados en algunos países de Europa, África y Asia. Promovió la ayuda a Cuba a través de las fiestas de la Misión.
Aquí en Berlín caminaba en la primera Comunidad del Camino Neocatecumenal, desde que inició el Seminario, hace 27 años. Comunidad que para él fue su familia, lugar de descanso y fuente de Fe y amor.
Gracias por todo, padre, amigo y hermano Exiquio!!
Su padre lleno de dolor, por la pérdida del hijo amado, falleció a los pocos días de celebrarse su funeral.