Migración y Esperanza
Del 7 al 10 de mayo – Vallendar
Este año la Delegación Nacional de las Comunidades Católicas de Lengua Española en Alemania ha celebrado sus Jornadas de Formación en el “Tagungszentrum Marienland” en Schönstatt. Durante las Jornadas hemos conocido múltiples experiencias en diversos ámbitos pastorales -todas ellas son de una riqueza destacable, a tener en cuenta y valorar.

Mientras continuamos “haciendo camino juntos”, nos proponemos aprender mejor a vivir el Evangelio, afrontar los retos pastorales y de la vida en un país como Alemania, para no perder de vista lo central de la misión, que es: vivir y anunciar el Evangelio con el sacrificio de todos los días, saliendo de las prisas y llenando nuestra mochila de peregrinos para la próxima ruta que nos espera como misioneros auténticos de la esperanza en Alemania.

Cada charla tenía su temática particular, basada siempre en textos del Evangelio, del Papa Francisco, de la espiritualidad de Fernando Rielo (Fundador del Instituto Id, Misioneras y Misioneros Identes, al cual pertenezco) todo ello unido a mi experiencia personal y pastoral. Las reflexiones personales y en pequeñas comunidades (preguntas y conclusiones) se llevaron a la puesta en común para elaborar un documento final.
En cada charla interpreté canciones alemanas acompañando con la guitarra, los participantes pudieron escuchar y profundizar los temas de forma alegre conociendo un poco más de la cultura alemana.

El título de las Jornadas “Migración y Esperanza” se inspiró en el Año Santo o Jubileo 2025 y su lema “Peregrinos de la Esperanza”. La peregrinación por las Jornadas de Formación comenzó con la primera etapa “Sinodalidad – Migración llena de esperanza”; profundizando en las actitudes en las que se insiste en el camino sinodal eclesial: encontrar, escuchar, distinguir. El encuentro es el lugar donde se puede experimentar a Cristo, cerca de las personas, especialmente de los migrantes. Escuchar requiere un «corazón con oídos», abierto a las preocupaciones y necesidades espirituales de las personas. Discernimiento significa ver con el corazón y discernir las vocaciones personales y comunitarias.

En la segunda etapa quise dar a los peregrinos el manto de “Misioneros de la misericordia” con una misión precisa: vivir y anunciar el Evangelio. Partiendo de la parábola del Hijo Pródigo (Lc 15, 11-32) se llega a la conclusión, con palabras del Papa Francisco: misión significa ayudar a que las personas puedan «volver al Padre», a través del testimonio personal, del anuncio de la buena nueva y vivir el ejemplo del perdón y la reconciliación. Fernando Rielo añade “Anunciar al Padre siempre significa volver al Padre y, volver al Padre es resucitar a una nueva vida”.
Por ello es urgente “huir de las prisas de todos los días” para poder descansar como lo hace Cristo. Lo hace con sus apóstoles en el silencio de la oración. Escuchar a Cristo con calma en serenidad se ha profundizado durante la tercera etapa. Efectivamente hay que marcharse corriendo de la “dictadura del hacer” que viene denominando el Papa Francisco al activismo que vive una “sociedad a menudo prisionera de la prisa”. Se animó a los participantes a integrar los momentos de silencio y oración en la vida cotidiana. Solo aquellos que están llenos del amor de Dios pueden transmitirlo. Nos llenamos de Dios en el silencio para aprender a descansar y, desde aquí, tener compasión para con los demás.

Ya en la cuarta y última etapa se ha podido preparar la “Mochila del peregrino” con solo un destino: Fortaleciendo la esperanza con dignidad. El encuentro es el lugar donde se puede experimentar a Cristo, cerca de las personas, especialmente de los migrantes. Dios está trabajando continuamente EN nosotros y CON nosotros. Al principio puede resultar pesado, como la mochila pesa, a veces demasiado, quiero deshacerme de ella. Después de algún tiempo de camino ya uno se va acostumbrando, superándolo en colaboración con Dios y los demás. Cuando uno vuelve a la vida cotidiana, después de la peregrinación, puede que haya interiorizado la pesadilla del camino y, fiel al camino de la esperanza, ya no siente el peso y lo lleva dentro con todo lo aprendido durante la ruta para mejor vivir la esperanza y la santidad. La etapa culmina en la afirmación de Fernando Rielo: La santidad consiste en la consciencia filial, poder llegar al final de la vida, y la primera y la última palabra pronunciada sea: PADRE.

Con ese deseo honesto y profundo terminaron las Jornadas; celebrando por el nuevo Papa León XIV una misa solemne pidiendo por él y por todos los misioneros y misioneras en Alemania y en el mundo.

P. Theodor Wenzel M.Id.
Misionero Idente. Párroco principal de la parroquia
de St. Maria Magdalena Oderland-Spree en el este de Brandenburgo con Sede en Frankfurt (Oder).






