El año 2025 ha sido hasta aquí, un camino de gracia y fraternidad en el que hemos podido encontrarnos con el Señor y reconocernos como parte de una misma familia de fe. Ha sido un año de profundas experiencias espirituales, de peregrinación y oración, alegría compartida y misión en común.
En marzo celebramos dos tandas de Ejercicios Espirituales: una en Hessen, y una en Baviera. En cada lugar, alrededor de cuarenta ejercitantes se sumergieron en el silencio y la oración. Un momento esperado con ansias, ya que se trataba de la primera vez que podían encontrarse personalmente con el padre Gustavo Lombardo, del IVE, quien en años anteriores los había acompañado de manera virtual. Sus meditaciones ayudaron a los participantes a descender al fondo del corazón, a escuchar la voz de Dios y a preparar con hondura la Cuaresma. Un verdadero éxito para el cielo, que seguramente se repetirá en el futuro.

La Pascua nos llevó después a Marburg, donde un pequeño grupo de peregrinos llenó con su fe y su espíritu la Casa del Encuentro. Durante los días santos recorrimos juntos los lugares de espiritualidad de la ciudad, entre ellos la iglesia de Santa Isabel, testigo de siglos de fe. Fue una experiencia sencilla en número, pero grande en frutos espirituales, porque la fraternidad, la oración y la belleza del entorno se unieron para hacer palpable la alegría de la Resurrección.
El 31 de mayo, celebramos de manera virtual la fiesta de la Visitación. Tuvimos el privilegio de contar con fray Stefano Cechin, franciscano y miembro de la Pontificia Academia Mariana en el Vaticano, quien nos ofreció una conferencia bajo el lema: “La Visitación de María: encuentro, fe y misión. Feliz de ti por haber creído”. Sus palabras nos animaron a mirar a la Virgen como modelo de fe viva y misionera, y nos ayudaron a redescubrir que la verdadera alegría de María es llevarnos siempre a su Hijo.
Con gratitud miramos atrás, pero también con esperanza miramos hacia adelante. En agosto tendremos en Schönstatt el retiro “Revestidos en el amor”, en octubre nos volveremos a reunir en Vallendar para el retiro de adoradores, y también celebraremos nuestras clásicas charlas de Adviento, además de nuevos encuentros que ya laten en el corazón de la comunidad.
El Señor ha hecho maravillas entre nosotros, y seguimos confiando en su amor que nunca deja de renovar nuestra vida.






