Quien logre hacer que una vida tenga sentido, salvará también su propia vida
La iglesia venezolana promueve la defensa de los derechos humanos
El Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Arzobispo de la Ciudad de Maracaibo y Presidente de Cáritas para Latinoamérica Monseñor José Luis Azuaje, en el marco de su primera visita al Parlamento alemán, explicó el trabajo que viene desarrollando el clero en la defensa de los derechos humanos mediante la organización y formación de los ciudadanos, así como también la promoción para el conocimiento de leyes y normas entre la población.
Azuaje destacó que un primer paso es conciencia y formación. “Yo creo que la iglesia trata de hacerlo dentro de la doctrina social. El ámbito de organización de muchas personas que puedan, primeramente, aprender métodos, formas y procesos en cuanto a las leyes y las normas que tienen que regir para que los derechos, no solamente sean defendidos, sino que también se promuevan. Hay mucha gente que no sabe que le están violentando su derecho humano, porque no conoce cuáles son sus derechos. No solo es entrar a la conciencia de esa persona y que se dé cuenta que realmente están siendo violentados sus derechos, sino que primero los conozca, para que pueda exigir después”. En segundo lugar, Monseñor señaló que la organización es muy importante, pues “las cosas no se pueden hacer de manera fortuita, ni tampoco de manera coyuntural; tiene que haber una especie de estructura que te guie para defender lo más importante de un país, que es el ser humano que allí vive”. Y en tercer lugar considera que no se debe perder la historia, que se deben registrar, documentar y puntualizar las cosas que han sucedido. “A lo mejor hoy, porque no hay justicia en Venezuela no se logre, pero hay que recordar que estos delitos no prescriben, por lo tanto en algún momento los culpables tienen que pagar”, sentenció.
La crisis puertas adentro de la iglesia venezolana
La hiperinflación y la escasez que padece el pueblo venezolano afecta a todos por igual. Ningún sector de la población, excepto el gubernamental, escapa de esta crisis. La iglesia no es la excepción. Al ser preguntado sobre ese aspecto, Monseñor explicó que ellos también lo sufren en carne propia. “En nuestra parroquia ya no podemos ayudar a la gente como antes lo hacíamos con nuestro propios recursos, ahorita tenemos que incentivar la ayuda con recursos solidarios (…) nuestros seminaristas y su formación, también se han visto afectados. Nosotros tenemos que hacer grandes esfuerzos para que ellos puedan tener una buena formación y una alimentación necesaria, salud necesaria y hasta espiritualidad necesaria, porque esta crisis ha llegado a todos los ambientes y las áreas que tienen que ver con el ser humano”. El Padre no deja de mencionar “el ámbito de la caridad”, uno de los más golpeados con esta crisis. Recuerda con añoranza que con la colecta dominical se podía mantener las estructuras del templo, los programas de ayuda a los pobres de la parroquia, el pago de las personas que trabajan en la iglesia y el sustento del sacerdocio. “La colecta de hoy no llega a nada, no se puede hacer nada con la hiperinflación y también con la poca obtención de la limosna, porque escasea el sencillo (monedas)”, agregó.
Mantener la fe a pesar de las circunstancias
Azuaje invita a los feligreses a no perder la esperanza, mantener una actitud positiva, sobre todo en el valor de la solidaridad y de la fraternidad. Considera que en estos momentos, donde se vive una diáspora venezolana sin precedente alguno en Latinoamérica, es fundamental favorecer la vida del ser humano. “Cuando la gente se reúne, como los grupos laicos, especialmente a favorecer a muchos otros, lo que está favoreciendo es el don de la vida, de la dignidad humana (…) en esa acogida también están recibiendo a Dios, el peregrino permanente que nos acompaña y creo que cada ser humano que nosotros vayamos encontrando, aquel que no tiene casa, que no tiene trabajo, que no conoce la lengua ni la cultura y lo podemos recibir en los primeros momentos, está favoreciendo la vida de un ser humano”. Para finalizar quiso recordar las enseñanzas del santo padre: “Y como nos ha enseñado el Papa Francisco quien logre hacer que una vida tenga sentido, salvó también su propia vida”.
Nardi Guerrero
Centro San Francisco – Frechen
Periodista